El Memorial 2238 rinde homenaje a las víctimas del Franquismo fusiladas en Paterna entre el 3 de abril de 1939 y el 10 de noviembre de 1956 y ha sido concebido por sus familiares, agrupados en diferentes asociaciones y en la Plataforma que les da voz.
Tras la idea del Memorial 2238 está la voluntad de recordarlos, de “que sus nombres no se borren de la historia” (Julia Conesa), pero también la convicción de que muchos encarnaban los valores democráticos que combatían los injustos juicios sumarísimos a los que fueron sometidos. El Memorial 2238 se ofrece a quienes lo visiten como esa parte de la Historia “muda, anónima y desaparecida que es la que hay que amar” (Simone Weil) frente a la parafernalia patriótica que justificó su asesinato.
El cementerio de Paterna y en particular el cuadrante izquierdo de la sección primera, que es donde se encuentran la mayoría de las fosas, ha sido desde 1939 lugar de duelo para las familias que visitaban a sus familiares fusilados. Al principio, con no pocos problemas para adecentar y dignificar la tierra que ocupaban, y con la llegada de la democracia, con actos de homenaje y reivindicación diversos, en los que ya participaban organizaciones ciudadanas, sindicales y políticas. Entre esas actuaciones destacamos la construcción de tres monumentos funerarios: el del Ayuntamiento de Paterna en 1981, después de las primeras elecciones democráticas; el monolito de la Fosa 126 diseñado por Dionisio Vacas y levantado en 1989; y el de hierro, situado junto a la puerta vieja del cementerio, con versos de Vicent Andrés Estellés y promovido por el Fòrum de la Memòria del País Valencià en 2009.
Hay tres hitos en la creación del movimiento asociativo de los Familiares de las Fosas de Paterna y la manera de actuar del mismo:
El número 75 de la revista El Temps del 25 noviembre de 1985, que justo 10 años después de la muerte del dictador publica íntegra la lista de las 2238 víctimas republicanas asesinadas en Paterna –gracias a la labor impagable del historiador Vicent Gabarda, que continuará con posterioridad en otros estudios- con indicación de la fecha del fusilamiento, la edad, la profesión y la última residencia de cada uno de ellos. Se concreta por primera vez la dimensión del horror y se infiere el número y la identidad de las víctimas que hay en cada fosa, dato que las mismas familias de las víctimas desconocían y que será fundamental para que años más tarde se creen asociaciones en torno a cada fosa.
La exhumación de una fosa en Priaranza del Bierzo en el año 2000 que dio lugar a la creación de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH). Fue una de las primeras realizadas con criterios científicos, ampliamente difundida por los medios de comunicación y que concluyó con la identificación por ADN de algunas víctimas, lo que permitió a las familias recuperar los cuerpos. Se convertirá en un ejemplo a seguir en todo el territorio español y también para los Familiares de las Fosas de Paterna, pues poco a poco, sobre todo en los más mayores, se irá abriendo camino la idea de emprender un proceso de dignificación de las víctimas que pasará por recuperar los cuerpos de los padres o abuelos, cuando esto sea posible, y de que reposen en los cementerios de sus poblaciones de origen cerca de sus familiares y, en muchos casos, en la sepultura del cónyuge.
La primera ley de Memoria Histórica de 2007 y la voluntad de algunas administraciones de aplicarla, caso de la Diputación de Valencia desde 2015 y de la Conselleria de Participació, Transparència i Qualitat Democràtica en la última legislatura, competencias que en la actualidad corresponden a Presidència de la Generalitat. Se favorece así que se constituyan asociaciones de familiares y que haya financiación pública (40 años después del restablecimiento de la democracia) para que se inicien las exhumaciones en Paterna de los asesinatos de la Dictadura.
Con las primeras exhumaciones surgen ya una serie de dificultades: no siempre hay coincidencia entre los cuerpos hallados en la fosas y los que presumiblemente debía haber. A veces una saca de presos fusilados es arrojada a fosas distintas porque estas son en realidad agujeros profundos que se colmatan con los cuerpos, en muchas ocasiones arrojados de cualquier manera. Las pruebas de identificaciones se realizan en Madrid en diferentes laboratorios, porque los equipos de trabajo de las exhumaciones pertenecen a empresas o entidades distintas. Hay víctimas en las fosas de las que las asociaciones no han podido encontrar familiares y eso hace que la identificación de las mismas sea imposible. El deterioro de los restos a veces es tan grande que no es posible obtener ADN de los mismos ¿Qué hacer con los cuerpos que carentes de identificación no pueden entregarse a las familias? Muchas asociaciones se niegan a que vuelvan al mismo lugar.
Por otro lado, el hallazgo de los primeros cuerpos pone al descubierto lo que ya se sabía: que habían muerto violentamente, como evidenciaban la rotura de algunos huesos por impacto de proyectil, el tiro de gracia en el cráneo de todos ellos y la presencia en sus cuerpos o en la fosa de los mismos proyectiles, las cuerdas con que habían sido maniatados... Se denuncian sus muertes en los juzgados de Paterna y estos declinan avanzar en las correspondientes diligencias porque consideran prescritos los delitos que pudiera haber y porque la ley de Amnistía de 1977 lo impide. Convencidas las familias de que se han cometido crímenes de lesa humanidad y que estos ni prescriben, ni quedan amparados por la amnistía, se llevan a cabo diferentes reuniones entre las asociaciones que darán lugar a una serie de iniciativas: intervenir el 7 de noviembre de 2018 en Bruselas invitados por el Parlamento Europeo para explicar la situación legal de desamparo judicial en que se encuentran las asociaciones; sumarse a la querella argentina instruida por María Servini e intervenir el 12 de diciembre de ese año en el Parlamento Español.
Durante 2018, los contactos entre las asociaciones de familiares son frecuentes y las reivindicaciones comunes: la necesidad de que se establezca un banco público de ADN que permita cruzar los datos entre víctimas y familiares de distintas fosas (papel que cumplirá años después FISABIO en el País Valenciano y que recoge a nivel nacional la Ley de Memoria Democrática de 2023); la voluntad de que se entierren con dignidad aquellos cuerpos no identificados o que sus familias desean que permanezcan en el cementerio de Paterna; la importancia simbólica y funcional de que sea la Democracia quien se ocupe de los crímenes de la Dictadura y que no sean los familiares quienes hayan de encargarse de todo el proceso de exhumación, identificación y reinhumación.
Todo ello dará lugar a que se cree en marzo de 2019 la PLATAFORMA DE FAMILIARES DE LAS VÍCTIMAS DEL FRANQUISMO DE LAS FOSAS COMUNES DE PATERNA, y que previamente a su creación formal, desde 2018, ya está trabajando en implicar a las administraciones en la construcción de un Memorial en el cementerio de Paterna, a la vez que con el mismo fin convoca a la ciudadanía el último viernes de cada mes a las concentraciones que organiza en la Plaza de la Virgen de València.
La Plataforma solicita informes al CSIC: Resolución relativa a la consulta sobre el destino final de los restos exhumados en las fosas comunes del cementerio de Paterna (mayo 2019) y a la Sociedad Científica ArqueoAntro: Informe antropológico y arqueológico sobre el destino de los restos óseos no identificados de las víctimas del franquismo del cementerio municipal de Paterna (junio 2019) que le inclinan definitivamente a promover el Memorial 2238.
Un equipo interdisciplinario compuesto por el escultor Pablo Rafael Sedeño Pacios, el arquitecto Francesc de Paula Rozalén Martínez y el Arquitecto Técnico e Ingeniero en Edificación Vicente Olcina Ferrándiz presentan a la Plataforma en noviembre de 2020 los Estudios Previos al Proyecto del Memorial. El proyecto convence e ilusiona a las familias de las víctimas porque integra todos los lugares de memoria relacionados con el exterminio de republicanos en Paterna (2219 hombres y 19 mujeres): El Terrer (paredón de fusilamiento), El Camí de la Sang (itinerario simbólico del traslado de los cuerpos al cementerio), Els Clots del Silenci (cuadrante de las Fosas) y el Memorial 2238, que constará en esta primera fase de unos columbarios con urnas formando una U, un ágora limitada por los columbarios, y un centro de interpretación detrás de la U. El proyecto recibe el respaldo del Gobierno Valenciano y de la Conselleria de Participació que lo incluye en sus presupuestos participativos para ser votado por la ciudadanía que lo respalda ampliamente.
En la actualidad, la Plataforma trabaja para que se incorporen al Memorial 2238 tanto el conjunto escultórico de Pablo Sedeño que quedó fuera del proyecto por desajustes económicos, como un muro en forma de atril que mira al ágora del Memorial con los nombres de los 2238 asesinados.