Redescubriendo a Bluff (1903-1940)

LAMBERTO ORTIZ TORRERO: Redescubriendo a Bluff (1903-1940). Olé libros.

Homenaje reinvindicativo del dibujante Lamberto Ortiz a uno de los humoristas gráficos más importante de la República: Carlos Gómez Carrera, “Bluff”. El estudio es también una enardecida crítica al sistema represivo del Franquismo, que incluye las condiciones de las prisiones; la utilización de la tortura (como en el caso del editor propietario de La Traca Vicent Miquel Carceller o de su último director, Juan Gramaje, “fallecido” en un interrogatorio); la utilización de falsos testigos en los falsos procesos judiciales (como ocurrió con el mismo “Bluff”); o la crueldad genocida de los fusilamientos. Es precisamente ante la Fosa 114 del cementerio de Paterna, en la que se encontraban los restos del dibujante (y de muchas más personas), donde Lamberto Ortiz afirma comprometerse a hacer lo posible por sacarlo de la fosa del olvido.

Redescubriendo a Bluff es una narración en primera persona que tiene algo de detectivesca en su forma de proporcionar la información. Se parte del desconocimiento absoluto: de la misma existencia del humorista gráfico Carlos Gómez Carrera, de su importancia, de su origen y hasta de su nombre correcto; para que poco a poco -investigando con rigor, realizando entrevistas y aprovechando algún golpe de suerte- se alcance un conocimiento relevante de su figura. Por un lado, de su trayectoria vital, que llega incluso hasta el testimonio de Gonçal Castelló, que vio en la cárcel Modelo de Valencia cómo Carlos Gómez Carrera formaba parte de la saca que fusilarían el 28 de junio de 1940 en Paterna, junto a Carceller y más presos. Por otro, de su trayectoria profesional, “Bluff” colaboró con los periódicos y revistas más importantes de los años 30: Flirt, Gracia y Justicia, La libertad, Gutiérrez, Adelante o La Traca. En esa trayectoria pasó de hacer unos dibujos surrealistas y de humor blanco, a otros críticos con la monarquía, Juan March, la CEDA, Falange o el ejército golpista. En la sentencia que lo condenó a muerte puede leerse: “Hechos probados: publica dibujos de la más baja moral, en los que se ridiculizan al Generalísmo Franco y a los generales de nuestra Santa Cruzada”.

Por último, hay que destacar la edición bellamente maquetada de la editorial Olé, con numerosas fotografías, reproducciones en color de muchas de las historietas del dibujante y  otros documentos, entre ellos los relativos a su proceso judicial.

Pedro Luis Alonso

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